martes, 10 de junio de 2014

Las tensiones fundamentales en la implementación de la EPA.

La EpA y el aprendizaje efectivo

Las reivindicaciones que hace Evaluación para el Aprendizaje con respecto a que permite un aprendizaje más eficaz se basa en que la evaluación se utiliza para ayudar a los aprendices a:
  •        Tener más claro lo que hay que aprender y cómo será lo que se consiga;
  •        Reconocer lo que comprenden y lo que no en el presente;
  •        Percatarse de la mejor manera de avanzar.
Los mecanismos para ello implican hacer explícitas las intenciones del aprendizaje y los criterios de éxito. El problema es que este enfoque puede reducirse con facilidad a una serie de técnicas de técnicas clase, sin entender claramente por qué se usan. En consecuencia, volveremos sobre lo que se considera como las tensiones fundamentales en la implementación de la EpA. Se han agrupado en cuatro áreas principales
  1. ¿Qué se aprende?
  2. Claridad frente a conformidad.
  3. Lo formativo en un clima sumativo.
  4. Retroinformación eficaz.


1.- ¿Aprender o aprender a aprender? 

Tenemos nuevamente otro caso de dos conceptos y del peligro de escoger solo uno. La tarea de la EpA en facilitar el aprendizaje directo de algo ("adquisición") y el más indirecto "aprender a aprender", referido también como "metacognición", "autonomía del aprendiz" y "aprendizaje autorregulado". Uno de los riesgos de estos es que se presta tanta atención a los procesos, por ejemplo, de "aprender a aprender" que se pasa por alto lo que hay que aprender: se considera fundamental el proceso, no el resultado.
  •  El aprendizaje no puede desarrollarse en el vacío; hay que aprender algo.
  •  Este enfoque del proceso puede provocar también el peligro de restringir los métodos docentes.
Para la EpA, el problema consiste en establecer un equilibrio entre estimular el aprendizaje directo y desarrollar la autorregulación de los aprendices que lleve a la reflexión acerca de cómo encaran su aprendizaje. David Boud ha introducido la valiosa idea de la doble tarea de la evaluación: apoyar el programa actual de aprendizaje y, al mismo tiempo, aumentar la comprensión de los aprendices de la evaluación y de su capacidad de autoevaluación futura. Lo denomina evaluación sostenible.
  • Ni el simple cumplimiento de criterios ni el desarrollo de competencias de autorregulación son suficientes por separado; ambos tienen que estar presentes.


2.- ¿Claridad o conformismo?

Uno de los elementos clave de la EpA es la insistencia en hacer explícito lo que se aprende y qué se considera un aprendizaje satisfactorio.
  • El fundamento teórico es claro: es más fácil aprender cuando sabemos lo que hacemos y adonde estamos intentando llegar.
Sin embargo, conseguir claridad en este proceso es como caminar por la cuerda floja: si no está claro lo que se aprende (y por qué) y qué se considera satisfactorio, los aprendices estarán desconcertados; si especifica de forma demasiado rigurosa, se convierte en un ejercicio de conformismo.
Mi ejemplo del estudiante desconcertado es el examinando que respondió a la pregunta de Geometría de la Figura 7 .1. (G. Stobart)


Figura 7.1. Solución de Geometría.

De alguna manera, esto puede explicar por qué se observa que los estudiantes de menor rendimiento son quienes hacen los mayores progresos gracias a la evaluación formativa. Al encontrarse menos cómodos en la cultura de la escuela, es menos probable que entiendan lo que se les pide. Es muy posible que los estudiantes de alto rendimiento, que con frecuencia se encuentran a sus anchas en la escuela, ya hayan desarrollado las competencias de autorregulación que les permiten comprender lo que tienen que hacer, aunque no se haya manifestado con claridad.


Los peligros de ser explícitos.
Sin embargo, al hacer explícito lo que hay que aprender y los criterios de éxito correspondientes se corre el riesgo de caer al otro lado de la cuerda floja. En este caso, hay una tendencia a plantear unos objetivos de aprendizaje cada vez más detallados que especifiquen el logro requerido y que se anuncien, en vez de negociarlos. Esta tendencia se intensifica cuando los objetivos se imponen al docente mediante un currículum o requisito muy especificado. En tal caso, el proceso se hace cada vez más mecánico, pues se anima a los aprendices a que dominen pequeños y detallados elementos del currículum. Esta explicitud, que pretende lograr que el aprendizaje resulte claro para el alumno puede, en realidad, reducir su autonomía, en vez de promoverla.




Neutralidad curricular
Una vulnerabilidad relacionada con esto de las versiones actuales de la EpA es que tienden a preocuparse por mejorar el aprendizaje, con independencia de lo que haya que aprender. En contraste, Terry CROOKS ha defendido una y otra vez la importancia de hacer que el currículo sea significativo para el aprendiz:

Es mucho más probable que los estudiantes aprendan cosas que les preocupen que las que, para ellos, tengan poco significado o importancia. Hagan lo que hagan los profesores para evaluar a los estudiantes y guiar su aprendizaje, es mucho menos probable que tengan éxito si los estudiantes no están motivados para aprender ese material o esas competencias. (2007, pág. 1.)


  • El problema surge cuando "gran parte de lo que aparece en el currículum escolar no merece la pena aprenderlo" (BROPHY, 1998, pág. 11), aunque haya que acatarlo.


3.- Lo formativo en un clima sumativo

La enmarañada relación formativa-sumativa es una de las cuestiones prácticas más difíciles para la EpA. Aunque esta cuestión ha sido abordada académicamente, la prueba real de la dificultad proviene de la frecuencia con la que la evaluación formativa queda en suspenso cuando lo imponen las presiones del examen. Sigue vigente la imagen de que la evaluación formativa es una “buena cosa", pero, cuando empieza la preparación de los exámenes, tenemos que enfrentarnos a "lo real". Esto significa frecuentes evaluaciones sumativas y enseñanza directa para el examen.
Esto significa que, en culturas de rendición de cuentas, con frecuentes pruebas para calificación, es más difícil hacer progresos en la evaluación formativa. En estas culturas de evaluación, solo las escuelas y los profesores más seguros de sí mismos se arriesgarán a promover el aprendizaje autorregulado, la autoevaluación y la evaluación a cargo de compañeros. Para la mayoría, la tarea consiste en cubrir todo el currículum y preparar para el examen. Hacen falta pruebas más convincentes de la contribución de la evaluación formativa a este proceso para que los profesores la mantengan en los cursos que concluyen con exámenes oficiales.




4.- Retroinformación eficaz

Como la retroinformación es el mecanismo clave en la evaluación formativa para pasar de la actuación actual a la deseada, es crítico que sea bien entendida. Es algo que todavía no ha conseguido la EpA. Que la retroinformación tenga o no efectos positivos en el aprendizaje depende de muchos factores en interacción: la motivación, la complejidad de la tarea, la pericia del aprendiz y el nivel y la calidad de la retroinformación. Esto hace que sea muy situacional: la misma retroinformación dada a dos aprendices puede tener efectos opuestos. El simple hecho de decir a unos aprendices principiantes que están equivocados puede retrasar el aprendizaje; si se dice lo mismo a expertos interesados por lo que hacen puede ser suficiente para que aumenten sus esfuerzos y modifiquen su estrategia.


Contexto: El dónde y el cuándo de la retroinformación
Al nivel del aula o del lugar de trabajo, uno de los factores clave de una retroinformación eficaz es un clima de confianza y respeto. Esto implica unas relaciones de apoyo y ayuda en el aula o el lugar de trabajo, en las que el aprendiz se sienta seguro para poder admitir dificultades y los docentes sean constructivos y estimulantes. Si el aula es un lugar competitivo en el que los estudiantes comparan sus notas y se reparten honores (el o la "estudiante"), puede hacer más difícil el reconocimiento de las dificultades.


Oportunidad de la retroinformación
HATTIE y TIMPERLEY observan que la retroinformación es algo que siempre ocurre en segundo lugar: debe haber un contexto de aprendizaje al que se dirija. Si hay una falta básica de comprensión, "es mejor que el docente dé detalles a través de la enseñanza que facilite retroinformación sobre conceptos no muy bien comprendidos" (2007, pág. 104).
  • Cuando un aprendiz aborda una tarea nueva y difícil, es mejor utilizar al principio una retroinformación inmediata (para reducir la frustración y los atascos).
  • Sin embargo, con tareas más sencillas, es mejor retrasar la retroinformación (para prevenir sentimientos de "intrusión de la retroinformación").
Las características del aprendiz complican aún más esta complejidad. Es posible que los principiantes y de bajo rendimiento necesiten una retroinformación eficaz inmediata y explícita. En el caso de los expertos y de alto rendimiento, a quienes incluso las tareas complejas pueden resultarles relativamente fáciles, es mejor retrasar la retro información y facilitarla en formatos más desafiantes, por ejemplo, pistas o preguntas.



El centro de atención de la retroinformación: la tarea, no la persona
¿Por qué hay tantas retroinformaciones que obstaculizan el aprendizaje en vez de facilitarlo? Para KLUGER y DENISI, la respuesta está relacionada con la dirección de la retroinformación. El nivel en el que se dé es al que probablemente prestemos atención. Ese nivel puede ser uno de estos cuatro:

1. Nivel de tarea. Este tipo de retroinformación tiene más fuerza cuando se refiere a interpretaciones erróneas y no a falta de información; para esto último es más eficaz ampliar la enseñanza.
2. Nivel de proceso. La retroinformación a este nivel puede estar relacionada con la mejora de la detección de errores y con estrategias para abordar otras tareas más complejas.
3. Nivel de regulación. HATIIE y TIMPERLEY identifican seis factores importantes a este nivel que median la eficacia de la retroinformación. Son los siguientes: "la capacidad de crear una retroinformación interna y de autoevaluarse; la disposición a: dedicar esfuerzos a buscar y abordar retroinformación; el grado de confianza en la corrección de la respuesta; las atribuciones de éxito o fracaso, y el nivel de competencia para buscar ayuda" (2007, pág. 94).
4. Nivel personal. Es una retroinformación personal que facilita juicios positivos (y, a veces, negativos) sobre el aprendiz. Se trata de expresiones como: "buena chica", "eres un fenómeno".





Atención al nivel.
La retroinformación más eficaz implica una interacción de los tres primeros niveles, que puede visualizarse como un bucle.
  • Así, al haberme ayudado a hacer bien la tarea, me estimulan a relacionarlo a otras tareas.
  • Esto, a su vez, me ayuda a elaborar estrategias de autorregulación que me permitan supervisar mi progreso en una tarea (autoevaluación)
  •  y mi compromiso y esfuerzo (autocontrol).
La retroinformación relacionada con la persona queda fuera de este bucle, pues raramente contribuye a un nuevo movimiento. John HATIIE considera que esta retroinformación pasa por una "lente reputacional". Si me dicen que mi trabajo ha decepcionado a mi profesor, que sabe que puedo hacerlo mejor, tendré que pensar en proteger mi reputación. Puedo atribuir la calidad de mi trabajo a una falta de esfuerzo, proteger la visión que tengo de mí mismo diciéndome que tengo la capacidad de hacerlo. Esta estrategia se ve favorecida si nunca realizo el máximo esfuerzo y me discapacito a mí mismo: preparando de antemano las razones por las que lo he hecho mal. Por ejemplo, el hecho de quedarse hasta tarde en el bar antes de una presentación significa que tenemos preparada la excusa si sale mal o fracasa.

BERGLAS y JONES señalan que este tipo de comportamiento surge de una historia de retroinformación caprichosa y caótica: "no es que sus historias estén guardadas con repetidos fracasos; han sido ampliamente recompensadas, pero de formas y en ocasiones que los dejan profundamente inseguros acerca del motivo de la recompensa" (1978, pág. 407). Stobart “Yo diría que esto incluye elogios banales, como: "que cuadro más bonito", cuando el niño sabe que no le ha dedicado mucho esfuerzo”. No obstante, si yo hubiese rendido al máximo y aun así decepcionara a mi profesor, ¿en qué lugar quedaría yo? Si este patrón se repitiera, podría llevarme a un estado de "indefensión aprendida", en el que declararía: "No sirvo para esto", y lo evitaría.



El problema de los elogios y las recompensas
Cuando los maestros y profesores elogian o premian a los niños, es probable que los aprendices lo consideren como retroinformación positiva. La cuestión crítica es si el elogio aparta la atención de la tarea y la dirige hacia el yo y a actividades "reputacionales" (por ejemplo, cambiar a otras tareas más fáciles, que mantienen la imagen que tienen de sí mismos), o si conduce a cambios en el esfuerzo, el compromiso o los sentimientos de eficacia de los aprendices en relación con la tarea.

Carol DWECK (1999) ha demostrado que quienes reciben alabanzas constantes probablemente atribuyan sus éxitos a su capacidad en vez de a su esfuerzo. La consecuencia de esto es que los estudiantes "de sobresaliente" tienen que hacer todo lo que puedan para proteger su reputación. Esto puede incluir matricularse en asignaturas más fáciles evitar todo riesgo de fracaso. Se da entonces más importancia a las calificaciones que al aprendizaje y se evitan riesgos y contratiempos. DWECK ha demostrado también el impacto negativo que produce en el alumnado, el paso a centros universitarios en los que puede ser más difícil obtener éxitos. Esto les provoca dudas acerca de si tienen realmente la capacidad que pensaban que poseían por haber sido condicionados para ello. Quienes enfocaban el aprendizaje como una adquisición progresiva y basada en el esfuerzo demostraron tener mucho más aguante en estas circunstancias.
  • Por tanto, para que sea útil, el elogio debe dirigir la atención a la tarea, no a la persona.


El problema de las notas y las calificaciones
En el clásico de culto Zen and the Art of Motorcycle Maintenance, de Robert PIRSIG (1974) se nos presenta a un profesor que se niega a poner notas a sus estudiantes y solo les hace comentarios. Pasadas unas semanas, "algunos de los estudiantes de sobresaliente comenzaron a ponerse nerviosos y su magnífico trabajo empezó a empeorar" (pág. 202), mientras que los de notable y suficiente empezaron a mejorar la calidad de sus trabajos y los de suspenso y futuros fracasados escolares empezaron a "ir a clase para ver qué ocurría".
Se encierran aquí preocupaciones justificadas que la EpA no ha tratado siempre de forma convincente. Una de ellas es el papel de las notas y de las calificaciones, dado que éstas son expresiones profundamente culturales. Aunque la lógica sea sencilla, es decir, que las notas y calificaciones no transmiten suficiente información para hacer avanzar el aprendizaje, las consecuencias de ellas no lo son. Entonces, ¿por qué no tener notas y comentarios? Porque las pruebas indican que los comentarios son en gran medida ignorados; lo que importa son las notas.

La evidencia más directa de esto procede del trabajo experimental de Ruth BUTLER, que manipuló las condiciones de retroinformación para examinar la influencia de las notas y los comentarios sobre el aprendizaje. El descubrimiento clave fue que la condición combinada "notas y retroinformación" mostró poco más aprendizaje que la condición "solo notas", mientras que la retroinformación "solo comentario" logró un incremento del aprendizaje significativamente mayor.



El uso que hace el aprendiz de la retroinformación
Deborah BUTLER y Philip WINNE resumen las opciones que tiene el aprendiz que recibe la retroinformación y las diversas formas que puede adoptar:

La retroinformación es la información con la que el aprendiz puede confirmar, añadir, reemplazar, perfeccionar o reestructurar la información en la memoria, con independencia de que la información se refiera a los conocimientos de un campo, conocimientos metacognitivos, creencias sobre el yo y las tareas o tácticas y estrategias cognitivas. (1995, pág. 275.)

Sin embargo Puede ocurrir que el aprendiz pueda modificar o desdibujar el objetivo, cambiarlo o rechazar la retroinformación. Por eso, las intenciones del aprendizaje y los criterios de éxito son importantes en la EpA, pues permiten a los alumnos relacionar su actuación con sus objetivos y hacer ajustes en sus esfuerzos, dirección y estrategias cuando sea necesario.




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