¿Por qué a la evaluación
auténtica se le considera alternativa?
Se
considera de esta manera ya que se contrapone a las formas de evaluación mayormente
aceptadas y aplicadas en el campo educativo, es decir, los instrumentos
tradicionales.
La evaluación alternativa tiene como objetivo que los
estudiantes demuestren sus habilidades y aptitudes mediante el hacer,
poniendo a prueba los conocimientos conceptuales y procedimentales en trabajo
diario, tomando en cuenta el contexto en el que se desarrolla la situación y
los determinados saberes que se utilizan para enfrentarse a ella.
“…esto tiene como intención renovada desarrollar capacidades o competencias complejas demostrables en “el mundo real”. Díaz Barriga, F. (2006).
Abundando al respecto, la evaluación auténtica se considera
alternativa porque rompe con el añejado sistema de evaluación tradicional, el
cual no puede aplicarse hoy en día, pues no atiende a las nuevas situaciones
que se viven en las aulas. Es así como esta evaluación implica que el alumno
sea crítico al autoevaluar su desempeño tanto dentro del aula como fuera de
ella, al realizar trabajos extraescolares, de esta manera tomará conciencia de
lo que está aprendiendo y lo que falta por mejorar, para así ser el responsable
de su propio aprendizaje.
Asimismo, es importante la coevaluación, en la cual
los alumnos emiten una crítica ante el desempeño de sus compañeros, igualmente
importante es la evaluación que el docente hace a cada estudiante, esto mediante
la observación y la aplicación de diversos instrumentos utilizados para cada
aspecto que se requiera evaluar, por ejemplo, aplicación de conceptos,
habilidades psicomotrices, de lenguaje, sociales, etcétera.
¿Es fácil aprender a evaluar de esta forma?
La respuesta de muchos docentes quizás sea
no, puesto que este tipo de evaluación busca la utilización de la objetividad,
el problema radica en las costumbres que se tienen a la hora de evaluar, tal
como dejarse llevar por sentimientos que llevan a la subjetividad y la
distorsión de los resultados.
Por ello, es necesario que los docentes se
preparen para saber qué y cómo evaluar, así como traducir los resultados
obtenidos de forma clara y objetiva.
El punto base de una evaluación autentica
es que hay que evaluar aprendizajes contextualizados. (Díaz Barriga y Hernández, 2002).
Una evaluación auténtica, es la que evalúa
las competencias y habilidades que los alumnos han adquirido a lo largo de su
escolarización, contemplando desde sus conocimientos previos hasta los
conocimientos adquiridos después de una temática, por tanto, en este sentido es
una evaluación de proceso y formativa; siendo así, puede afirmarse que los
aspectos que realmente permiten que una evaluación se convierta en auténtica es
que los docentes apliquen actividades auténticas, para que pueda evaluarse
conforme a lo aprendido.
Una evaluación auténtica que esté centrada
en el desempeño del alumno busca evaluar lo que se hace y en
base a esto, identificar la relación que surge entre los conocimientos
conceptuales y los procedimentales.
Como afirma Frida Díaz Barriga en su libro
“Enseñanza situada: vínculo entre la escuela y la vida” es necesario que el
maestro constructivista no solo enseñe en base a esta perspectiva, sino también
que realice las evaluaciones acordes a esta corriente.
Es incongruente enseñar
de una manera contextualizada y evaluar aspectos que no se tomaron en cuenta
durante la enseñanza o que no tienen relevancia en el proceso de
enseñanza/aprendizaje.
Si se desean resultados auténticos es
necesario que evaluar de manera auténtica, por tanto, es necesario que como
futuros docentes podamos aprender lo que es realmente significativo para los
alumnos y tomar en cuenta el desempeño de estos, observando las mejoras que se
presenten; no basta con realizar actividades lúdicas para poder convertirse en
un maestro constructivista, es necesario comprender las relaciones, los propósitos
y las oportunidades educativas que ofrecen los diversos contextos a los
educandos, para adaptar la evaluación a estos aspectos.
Las evaluaciones auténticas deben
presentar el desempeño real de los alumnos, es por ello que deben considerarse
distintas maneras de evaluar lo que se enseña, es aquí donde surge la auto y
la coevaluación. La finalidad principal de la evaluación auténtica
es lograr situar a los alumnos en el contexto que los rodea, pues gracias a
esta es posible evaluar las competencias y la calidad de la misma enseñanza de
forma real.
Responsables del equipo:
Mariana García González
Janeth Abigaíl Olivarría García
Lourdes Alejandra Valdenebro Borbón
Aracely Guadalupe Vega Barreras
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