martes, 10 de junio de 2014

La evaluación auténtica centrada en el desempeño.


¿Por qué a la evaluación auténtica se le considera alternativa?

Se considera de esta manera ya que se contrapone a las formas de evaluación mayormente aceptadas y aplicadas en el campo educativo, es decir, los instrumentos tradicionales. 
La evaluación alternativa tiene como objetivo que los estudiantes demuestren sus habilidades y aptitudes mediante el hacer, poniendo a prueba los conocimientos conceptuales y procedimentales en trabajo diario, tomando en cuenta el contexto en el que se desarrolla la situación y los determinados saberes que se utilizan para enfrentarse a ella.


“…esto tiene como intención renovada desarrollar capacidades o competencias complejas demostrables en “el mundo real”. Díaz Barriga, F. (2006).

Abundando al respecto, la evaluación auténtica se considera alternativa porque rompe con el añejado sistema de evaluación tradicional, el cual no puede aplicarse hoy en día, pues no atiende a las nuevas situaciones que se viven en las aulas. Es así como esta evaluación implica que el alumno sea crítico al autoevaluar su desempeño tanto dentro del aula como fuera de ella, al realizar trabajos extraescolares, de esta manera tomará conciencia de lo que está aprendiendo y lo que falta por mejorar, para así ser el responsable de su propio aprendizaje. 
Asimismo, es importante la coevaluación, en la cual los alumnos emiten una crítica ante el desempeño de sus compañeros, igualmente importante es la evaluación que el docente hace a cada estudiante, esto mediante la observación y la aplicación de diversos instrumentos utilizados para cada aspecto que se requiera evaluar, por ejemplo, aplicación de conceptos, habilidades psicomotrices, de lenguaje, sociales, etcétera.

¿Es fácil aprender a evaluar de esta forma?

La respuesta de muchos docentes quizás sea no, puesto que este tipo de evaluación busca la utilización de la objetividad, el problema radica en las costumbres que se tienen a la hora de evaluar, tal como dejarse llevar por sentimientos que llevan a la subjetividad y la distorsión de los resultados. 
Por ello, es necesario que los docentes se preparen para saber qué y cómo evaluar, así como traducir los resultados obtenidos de forma clara y objetiva.


¿Qué hace a una evaluación en verdad auténtica?

El punto base de una evaluación autentica es que hay que evaluar aprendizajes contextualizados. (Díaz Barriga y Hernández, 2002).

Una evaluación auténtica, es la que evalúa las competencias y habilidades que los alumnos han adquirido a lo largo de su escolarización, contemplando desde sus conocimientos  previos hasta los conocimientos adquiridos después de una temática, por tanto, en este sentido es una evaluación de proceso y formativa; siendo así, puede afirmarse que los aspectos que realmente permiten que una evaluación se convierta en auténtica es que los docentes apliquen actividades auténticas, para que pueda evaluarse conforme a lo aprendido.

Una evaluación auténtica que esté centrada en el desempeño del alumno busca evaluar lo que se hace y en base a esto, identificar la relación que surge entre los conocimientos conceptuales y los procedimentales.
Como afirma Frida Díaz Barriga en su libro “Enseñanza situada: vínculo entre la escuela y la vida” es necesario que el maestro constructivista no solo enseñe en base a esta perspectiva, sino también que realice las evaluaciones acordes a esta corriente.

Es incongruente enseñar de una manera contextualizada y evaluar aspectos que no se tomaron en cuenta durante la enseñanza o que no tienen relevancia en el proceso de enseñanza/aprendizaje.
Si se desean resultados auténticos es necesario que evaluar de manera auténtica, por tanto, es necesario que como futuros docentes podamos aprender lo que es realmente significativo para los alumnos y tomar en cuenta el desempeño de estos, observando las mejoras que se presenten; no basta con realizar actividades lúdicas para poder convertirse en un maestro constructivista, es necesario comprender las relaciones, los propósitos y las oportunidades educativas que ofrecen los diversos contextos a los educandos, para adaptar la evaluación a estos aspectos.
Las evaluaciones auténticas deben presentar el desempeño real de los alumnos, es por ello que deben considerarse distintas maneras de evaluar lo que se enseña, es aquí donde surge la auto y la coevaluación. La finalidad principal de la evaluación auténtica es lograr situar a los alumnos en el contexto que los rodea, pues gracias a esta es posible evaluar las competencias y la calidad de la misma enseñanza de forma real.




Responsables del equipo:

Mariana García González
Janeth Abigaíl Olivarría García
Lourdes Alejandra Valdenebro Borbón
Aracely Guadalupe Vega Barreras

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